Tercer día de oración
Motivo de Oración: Orar por nuestra reconsagración a Dios.
Texto clave:
“Y cuando él venga, convencerá al mundo
de pecado, justicia y de Juicio” Juan 16:8
“El
Espíritu iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto el sacrificio de
Cristo habría sido inútil. El poder del mal se había estado fortaleciendo
durante siglos, y la sumisión de los hombres a este cautiverio satánico era
asombrosa. El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa
intervención de la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con
energía modificada, sino en la plenitud del poder divino. El Espíritu es el que
hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del mundo. Por el Espíritu
es purificado el corazón. Por el Espíritu llega a ser el creyente partícipe de
la naturaleza divina. Cristo ha dado su Espíritu como -poder divino para vencer
todas las tendencias hacia el mal, hereditarias y cultivadas, y para grabar su
propio carácter en su iglesia”.-(DTG pág. 625)
“Mientras nos entregamos como instrumentos para la operación del Espíritu Santo, la gracia de Dios trabajará en nosotros sojuzgando las viejas inclinaciones, venciendo las propensiones poderosas y formando nuevos hábitos”. (PVGM, pág. 333).
“Mientras nos entregamos como instrumentos para la operación del Espíritu Santo, la gracia de Dios trabajará en nosotros sojuzgando las viejas inclinaciones, venciendo las propensiones poderosas y formando nuevos hábitos”. (PVGM, pág. 333).
“El
Espíritu de Dios, recibido en el alma, vivifica todas sus facultades. Bajo la
dirección del Espíritu Santo, la mente, consagrada sin reservas a Dios, se
desarrolla armoniosamente, y queda fortalecida para comprender y cumplir lo que
Dios requiere. El carácter débil y vacilante se vuelve fuerte y firme. . .” (OE, pág. 302)
Es el
Espíritu el que hace resplandecer en las mentes entenebrecidas los brillantes
rayos del Sol de justicia; el que hace arder el corazón de los hombres dentro
de sí mismos con la recién despertada comprensión de las verdades de la
eternidad; el que presenta a la mente la gran norma de justicia, y convence de
pecado; el que inspira fe en el Único que puede salvar del pecado; el que obra
para transformar el carácter retirando los afectos de los hombres de aquellas
cosas que son temporales y perecederas, y fijándolos en la herencia eterna. El
Espíritu crea de nuevo, refina y santifica a los seres humanos, preparándolos
para ser miembros de la familia real, hijos del Rey celestial.- (OE, pág. 303, 304)
“Deben
realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la ministración del Espíritu
Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes. Reavivamiento
significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de las
facultades de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual.
Reforma significa una reorganización, un cambio en las ideas y teorías, hábitos
y prácticas. La reforma no producirá los buenos frutos de justicia a menos que
esté relacionada con el reavivamiento del Espíritu. El reavivamiento y la
reforma han de efectuar su obra asignada y deben entremezclarse al hacer esta
obra”. (MS. T.1, pág. 149)
Dios les Bendiga.
Dios les Bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario