jueves, 28 de febrero de 2013

Segundo día de Oración


Segundo día de oración mundial
  
Motivo de oración:
Orar en confesión, reconociendo nuestros pecados.
Texto clave: “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, justicia y de
Juicio” Juan 16:8


 “Se especifica claramente el oficio del Espíritu Santo en las palabras de Cristo: "Cuando él venga, convencerá de pecado, y de justicia, y de juicio" (Juan 16:8). Es el Espíritu Santo el que convence de pecado. Si el pecador responde a la influencia vivificadora del Espíritu, será inducido a arrepentirse y a comprender la importancia de obedecer los requerimientos divinos”. (Los hechos de los apóstoles, pág. 42)
“Al pecador arrepentido, que tiene hambre y sed de justicia, el Espíritu Santo le revela el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. "Tomará de lo mío, y os lo hará saber", dijo Cristo. "Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Juan 14; 14: 26)”. (Los hechos de los apóstoles, pág. 42)
“El Espíritu Santo se otorga como agente regenerador para proporcionarle eficacia a la salvación obrada por la muerte de nuestro Redentor. El Espíritu Santo constantemente está tratando de llamar la atención de los hombres a la gran ofrenda hecha en la cruz del calvario, de exponer al mundo el amor de Dios, y de abrir al alma arrepentida las cosas preciosas de las Escrituras”. (Los hechos de los apóstoles, pág. 43)
“Después de convencer de pecado, y de presentar ante la mente la norma de justicia, el Espíritu santo quita los afectos de las cosas de esta tierra, y llena el alma con un deseo de santidad. "Él os guiará a toda verdad" (Juan 16: 13), declaró el Salvador. Si los hombres están dispuestos a ser amoldados, se efectuará la santificación de todo el ser. El Espíritu tomará las cosas de Dios y las imprimirá en el alma. Mediante su poder, el camino de la vida será hecho tan claro que nadie necesite errar”. (Los hechos de los apóstoles, pág. 43)
 “Estamos en el gran día de la expiación, cuando mediante la confesión y el arrepentimiento nuestros pecados han de ir de antemano al juicio…” (Mensajes Selectos, T.1, Pág 146).
“Levántese la iglesia y arrepiéntase de sus apostasías delante de Dios. Despiértense los atalayas y den un sonido cierto a la trompeta. Tenemos una amonestación definida que proclamar. Dios ordena a sus siervos: ‘Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado’ (Isa. 58: 1). Debe captarse la atención de la gente. A menos que se pueda hacer esto, es inútil todo esfuerzo. Aunque descendiera un ángel del cielo y les hablara, sus palabras no les harían más provecho que si estuviera hablando al frío oído de los muertos”. (Mensajes Selectos, T.1, Pág 147, 148).
“Debe levantarse la iglesia para la acción. El Espíritu de Dios nunca podrá venir hasta que ella le prepare el camino. Debe haber un ferviente escudriñamiento de corazón. Debe haber oración unida y perseverante y, mediante la fe, una demanda de las promesas de Dios. No debemos vestirnos con cilicios como en la antigüedad, sino debe haber una profunda humillación del alma. No tenemos el menor motivo para felicitarnos a nosotros mismos ni exaltarnos. Debiéramos humillarnos bajo la poderosa mano de Dios. El vendrá para consolar y bendecir a los que lo buscan de verdad”. (Mensajes Selectos, T.1, Pág 148)

Dios les bendiga. IASD Plaza Garín.

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